Siempre hemos entendido a los mejores amigos como aquellos que nos hacen crecer, nos entienden, apoyan y nos demuestran cariño. En tiempos de pandemia, quienes nos ayudan a evitar que las dificultades y contratiempos se conviertan en verdaderas crisis son: el orden, la disciplina, la estructura, la organización y planeación que implementemos, en nuestro día a día.
El hecho de no tener la necesidad de salir, no significa el menosprecio de los buenos hábitos como el aseo, la higiene y el arreglo personal, o tomar un buen desayuno. Tu mente y tu cuerpo son instrumentos de hábitos y lo mejor que puedes hacer es convertirlos en una disciplina. Más allá de cómo te ven tus compañeros y tus maestros en una clase en línea, el respeto que demuestres hacia tu persona, cambiará tu actitud hacia la impotencia que quizá nos haga sentir el confinamiento.
Ordenar tus artículos personales, ubicar perfectamente en dónde tienes todo aquello que requieres para estudiar, organizar y planear tus actividades de todo tipo, te ayudará a no caer en una apatía y falta de interés derivado de los cambios que la pandemia nos impuso.
Dale importancia a tus espacios, al entorno en donde pasas el mayor número de horas. Que no te dé lo mismo, ordena, arregla, embellece tu ambiente, prometo que esto te inspirará, te animará y, por supuesto, te ayudará a entender y aceptar lo que hoy nos tocó vivir.
Amigos hay de todo tipo, hagamos de la disciplina uno de ellos, de esos que son para siempre.