La pandemia que estamos viviendo afectó muchos ámbitos de nuestra vida: cambió la manera de trabajar, nuestras emociones se intensificaron y, además, las formas de socializar dieron un giro de 180° y esta transformación también se dio en la vida de los más pequeños de la casa.
El aburrimiento es un estado emocional que genera sensaciones desagradables, pero que debemos aprender a tolerar. El estrés, también genera sensaciones desagradables, pero es totalmente diferente. Los principales síntomas que vemos son un aumento en la irritabilidad, pataletas, berrinches, trastornos del sueño (pesadillas, despertares nocturnos), dolores de cabeza o estomacales y regresiones, entre otros.
Los niños deben aprender a buscar recursos para mitigar las sensaciones de aburrimiento y estrés, los padres deben observar y prestar atención a los comportamientos, para identificar con oportunidad la ayuda que requiere el niño.
¿Cómo ayudarles a lidiar con estas conductas?
Las relaciones deben basarse en el respeto, la tolerancia y la confianza, cuando esto falla, falla toda la relación. Si bien es cierto que no siempre logramos que todo esté en equilibrio, el estilo parental tiene mucho que ver, por tanto, debemos poner límites a las faltas de respeto con amabilidad y firmeza, es decir, respetándolos también.
Una técnica que podemos usar es el time-out, tanto para los niños como para los adultos y así retirar la atención a un comportamiento disruptivo, a la vez sirve para bajar la tensión del momento. Esta técnica sirve para que los niños aprendan a sentir e identificar y sus emociones ya que les permitirá expresarse mejor sobre lo que necesitan y a manejar lo que sienten en ese momento.
El time-out, o la silla de pensar, consiste en buscar un espacio neutro donde el pequeño pueda sentarse tranquilamente a reflexionar sobre su conducta ayudándolo a encontrar la calma y sin reforzar la conducta negativa. Al aplicarlo de manera adecuada, y mediando el respeto del niño, lograremos fomentar una actitud respetuosa y amable en él.
Tip: En casa se puede tener una caja con propuestas de diferentes actividades para hacer, cuando uno no sabe qué hacer, (pintar, leer, mirar por la ventana, escuchar nuestros pensamientos, dibujar, etcétera).