El primer contacto social que tiene un ser humano fuera de su núcleo familiar es indudablemente con un profesor o profesora.
En cuanto ingresa a sus estudios académicos, podríamos decir al jardín de niños, es esta figura la que lo acompaña en su día a día, empezando con esta introducción a la interacción social con los demás niños y niñas de su edad, tomando incluso una postura, hasta cierto punto, de una figura paternal que representa la autoridad, ya que son ellos con quienes pasan más de medio día compartiendo vivencias escolares, e incluso, parte de sus vivencias familiares en clase o sus experiencias con otras personas.
A lo largo de la vida, la figura de un profesor es clave, resulta inspiración en varias cosas incluso en la elección de carrera, el profesor se convierte en un ejemplo a seguir, en un ideal, un deseo, algo que para el alumno se convierte en algo alcanzable y que desea lograr; si ustedes creen que me equivoco les invito a que en este momento me digan si no recuerdan al menos a un profesor que tuvieron el cual les marcara la vida en cierto sentido, alguien a quien pueden recordar como un factor de cambio en las decisiones que tomaron, en los consejos que les dieron o, por ejemplo, a quienes nos dedicamos justamente a ser profesores, robamos un poco de su metodología para enseñar, o a quienes copiamos también la forma asertiva de escucha y dar consejos, personas de quienes aprendimos a lograr una transferencia de voz para que ellos sean escuchados y de quienes hemos sido igualmente confidentes.
Si bien esta transferencia no ocurre con todos los alumnos ni con todos los profesores, es innegable que esto que planteo existe, y es latente incluso en el modelo de educación al que hemos tenido que adaptarnos en el último año de nuestras vidas.
Innegablemente, la relación entre el profesor y el alumno es muy importante para lograr un aprendizaje óptimo. La imagen y figura del profesor es central para el alumno y los padres de familia, se convierte en una extensión de esa responsabilidad familiar de ayudar a la crianza y enseñanza del estudiante y que es parte fundamental del desarrollo intelectual y académico de los hijos.