Los adultos debemos entender que todas las emociones, incluso las negativas, tienen un valor y una enseñanza. Por ello, debemos utilizar nuestras propias emociones como una oportunidad para enseñar a nuestros hijos a gestionar las suyas y ayudarles a desarrollar su inteligencia emocional.
“Identificarlas, en primer lugar, para gestionarlas después, es la base del aprendizaje emocional para los niños. Podemos comenzar a enseñar a ponerle nombre a las emociones desde los tres años aproximadamente. Y uno de los mejores métodos para transmitir las claves de la gestión emocional a nuestros hijos es a través del ejemplo”, indica Begoña Ibarrola, psicóloga y experta en educación emocional.
Los niños aprenden mucho a través del ejemplo y al imitar a figuras modelo como los padres. Aquí les dejamos algunas recomendaciones para ayudar a nuestros pequeños a gestionar sus emociones:
- Diles elogios realistas y centrados en sus logros. De este modo les ayudamos a superarse.
- Dales la oportunidad de conseguir sus retos. No podemos, ni tampoco debemos hacer todo por ellos.
- Acepta su forma de ser y ayúdales a formar un autoconcepto adecuado.
- Enséñales cómo pueden aprender y aceptar sus fracasos. El fracaso no tiene que ser un golpe a la autoestima, sino una manera de avanzar
Y sobre todo:
- No juzgues
- No critiques
- No compares
Estamos seguros que siguiendo estas recomendaciones, y haciéndolo con mucho amor y conciencia, permitirás a tus hijos gestionar sus emociones de manera saludable.