La resiliencia es la capacidad que tenemos para superar cualquier tipo de adversidad y, además de ser la habilidad de soportar situaciones que nos ponen al límite, también es la flexibilidad para readaptarnos y transformar esas situaciones.
Es importante saber que no nacemos resilientes, es una habilidad que a lo largo de nuestra vida y nuestras experiencias, podemos desarrollar influenciados por nuestra educación. Una forma de comprobarlo es, en los niños a los que les hemos dado todo, observar cómo suele confundirse el amor con la permisividad al tratar de evitar el sufrimiento a toda costa.
Sin embrago la sobreprotección genera fragilidad emocional y con esto difícilmente podremos desarrollar resiliencia y no estaremos preparados para el futuro. Hoy sabemos que existen cinco hábitos que podemos desarrollar y que son parte esencial de de las personas resilientes, aquí te los compartimos:
- Flexibilidad al cambio. No debemos tener miedo al cambio, es una oportunidad de crecer. Si nos aferramos a la seguridad, generaremos más inseguridad.
- Relativiza. Muchas veces magnificamos nuestras reacciones y esto nos sobrepasa. Respira y mírate desde fuera, siendo observador de la situación tendrás una mejor perspectiva.
- Acepta. Las cosas no siempre salen como esperamos, las cosas son como son, y no podemos cambiar lo ocurrido, pero a partir de ahí nosotros podemos establecer un significado diferente.
- Autoestima. No pierdas tiempo lamentándote, confía en ti mismo, concéntrate en tus objetivos y persíguelos con determinación para resurgir.
- Haz de tus problemas una lección. Las crisis van y vienen, y cada una puede aportarnos una lección de vida. Por eso, hay que aprender de ellas para superarnos y crecer. Sé perseverante.
Al final, lo que pareciera el peor momento, se transforma para dar paso a los valores que nos mueven en nuestra vida. No olvides que no nacemos resilientes, trabajamos y aprendemos para lograrlo.